Tiene la mirada perdida y camina desde lejos.
Se mece en su rostro la sonrisa marchita, el hastío en sus recuerdos y la palabra precisa de los años viejos.
Transita un sendero sin tiempos
y la edad se le vino encima.
Con aroma húmedo de llovizna,
silencio de paso; cuestiones de vida.
Viajera sin destino, la acompaña el infortunio.
Tiene la piel curtida y en sus ojos el rasguño, de tristeza presumida.
ruth_medinna@hotmail.com
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