corrías, jugábamos en la llovizna.
A veces decías mil cosas bonitas,
y a veces llorabas las lágrimas mías.
A veces mirabas con ojos ajenos,
burlando al destino con tus nobles gestos.
A veces reían tus labios mi risa,
y tu dibujabas al sol maravillas.
Cantabas canciones de un Dios que no entiendo,
dejó que te fueras así como el viento.
Se burla el destino ¿Será o es la vida
A veces me dabas palabras de aliento,
a veces llegabas radiante y contento.
A veces me brindabas tu hombro y tu calma
y a veces tu historia curaba mi alma.
Eras fortaleza cuando yo, vacía,
lloraba un camino que no transcurría.
Eras mi sustento también mi compinche,
guardaste secretos, aunque fuera triste.
Llegabas los lunes cuando descansaba,
trayendo en tus manos tarta de manzanas,
un cesto de frutas, un sol en la puerta
un ramo de flores, la barba esqueleta,
la biblia, el café.
A veces lo hacías cuando tu vivías
y a veces soñé.
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